Hace unas semanas, mientras hacía la fila para pagar en el supermercado, me topé con un libro que me llamó la atención: ¡Cómo salir del pozo! Lo que me atrajo no fue el título —que en realidad no gusta—, sino su autor: Andrés Oppenheimer, un periodista argentino que ha hecho carrera en Estados Unidos y a quien conocí gracias a sus dos libros previos: ¡Crear o morir! (2014) y ¡Sálvese quien pueda! (2018), dos mega investigaciones internacionales sobre la innovación en distintos mercados y la automatización de los trabajos que dominará el futuro, pero que ya es presente en los países más ricos (del segundo libro hablé aquí).
Por eso mismo, por el énfasis económico de sus investigaciones periodísticas que suelen basarse en muchos viajes e historias interesantes, me sorprendió encontrar ese título con aire a libro de superación personal. A pesar de que dudé un poco, decidí comprarlo. Y acerté al creer en un autor que no me había defraudado antes (y a quien, de hecho, me fascinaría emular). En su nuevo proyecto, Oppenheimer se adentra en la llamada “ciencia de la felicidad”, una disciplina reciente que se construye sobre investigaciones de psicólogos, economistas y analistas de datos. En el libro, cita investigaciones académicas, conversa con expertos destacados y visita países con las experiencias más interesantes en materia de “felicidad”.
En las siguientes páginas, les voy a hablar muy brevemente —apenas como un abrebocas— de las 10 ideas que me han parecido más interesantes desde el punto de vista de esta newsletter sobre viajes, literatura y tecnología.
1. Ser rico no te hará necesariamente más feliz
No se vayan a desanimar con este primer hallazgo tan obvio, pero siento que es importante empezar a construir desde aquí (Oppenheimer también lo hace). Se engañan quienes creen que, entre más dinero tengan, más felices serán (después de cierto umbral, ganar más plata no te aporta más felicidad). Pero lo contrario sí es cierto: “La falta de dinero te compra miseria”. O sea que sí: ganen suficiente plata y cubran sus necesidades básicas.
2. Ser rico puede ayudarte a estar más satisfecho con la vida
Los tres países más felices del mundo son tres países nórdicos: Finlandia, Dinamarca e Islandia. Los tres países más felices del mundo son tres países con fama de ser aburridos, introspectivos y borrachos. Tres países con inviernos durísimos adonde muy pocos se quieren ir a vivir y que te quitan la mitad de los ingresos en impuestos. ¿Por qué entonces son los más felices? Porque al parecer la encuesta que mide la felicidad no mide eso —la felicidad momentánea— sino la satisfacción duradera con la vida. Y eso sí es indiscutible: en Finlandia, Dinamarca e Islandia puedes desarrollarte plenamente como persona (sobre todo, si no eres un inmigrante proveniente del África negra).
3. Ah sí, claro, la “felicidad” puede ser medida y se está midiendo
El Reporte mundial de la felicidad contempla 137 países y se basa en una encuesta mundial realizada por Gallup en la que los entrevistados responden cuán felices son en una escala de 0 a 10 (¿ya te hiciste la pregunta?). Adicionalmente, países como el Reino Unido y Bután incluyen en sus censos preguntas para medir la felicidad de la gente y, con base en los resultados, diseñar políticas públicas focalizadas.
4. La felicidad no es (solo) un asunto individual
Está bien que medites, ores, vayas al psicólogo, hagas ejercicio, comas saludable, duermas bien, etcétera, etcétera, pero eso no es suficiente, si tu entorno no ayuda a tu tranquilidad mental y tu desarrollo personal. Eso es, precisamente, lo que ofrecen países como Finlandia, Dinamarca e Islandia: seguridad. Si eres su ciudadano, puedes estar seguro de que gozarás de buena educación, atención médica, transporte público, además de poder caminar tranquilo por las calles, tener una vejez asegurada y otro largo y envidiable etcétera. Para ofrecer ese andamiaje institucional se necesita plata, mucha plata, por eso los científicos de la felicidad siguen insistiendo en la necesidad de acompañar las políticas públicas para lograr la felicidad del mayor número de personas con la promoción del crecimiento económico.
5. El consumo de experiencias inmateriales te da una felicidad más duradera que el consumo de bienes materiales
“Los estudios de la felicidad dicen que la felicidad que produce comprar algo nuevo dura ‘tanto como el olor de auto nuevo’”. Así de simple. Una vez consigues ese objeto por el que sentiste tanto deseo, te deja de interesar. Como un niño en Navidad. En cambio, las experiencias —viajes, cenas con amigos, caminatas por el bosque, etc.— te producen placer antes, durante y después de vivirlas.
6. El sexo te hace más feliz que los espacios verdes (y éstos, más que los espacios grises)
Eso lo ha comprobado Mappiness, una aplicación de iPhone lanzada en Gran Bretaña en 2010. Más exactamente, “las respuestas que recibió Mappiness sobre 40 actividades distintas revelaron que el sexo produce un aumento del 14,2% del nivel de felicidad habitual de las personas, seguido por una función de teatro, danza o concierto (9,3%), la visita a un museo (8,8%), practicar un deporte (8,1%) y estar en espacios verdes o frente al mar (6%)”. Corolario: tengan sexo con frecuencia, salgan a caminar entre la naturaleza y dediquen tiempo a sus pasiones e intereses.
7. La soledad es uno de los factores individuales que más afecta la felicidad (y la salud)
La soledad, entendida como una experiencia emocional y psicológica que se experimenta cuando una persona se siente aislada o desconectada de otras personas, ha sido catalogada como una “epidemia” en Estados Unidos y también afecta a la población de otros países. ¿Cómo resolver el problema? Con la construcción de conexiones sociales sólidas. Y eso es algo que puede promoverse desde el Estado a través de, por ejemplo, construcción de espacios que faciliten los contactos personales, estímulos gubernamentales a grupos comunitarios y políticas locales que estimulen las actividades sociales. Los países nórdicos sobresalen en este tipo de iniciativas.
8. Construye relaciones personales sólidas
El Estudio de Desarrollo de Adultos de la Universidad de Harvard, una de las investigaciones sobre la felicidad que más se ha prolongado en el tiempo (empezó en 1938), concluyó que “quienes tienen lazos afectivos más sólidos, especialmente con la pareja, son quienes son más felices y viven más”. Contundente, ¿no?
9. Sé parte de un voluntariado (o de varios)
“La gente que hace voluntariado por lo menos una vez al mes se siente mucho mejor que quienes no lo hacen con frecuencia”. Este resultado no me lo esperaba y me motivó en parte a escribir el anterior mensaje que les envié (“No todo es plata”). Las investigaciones neurocientíficas muestran que el trabajo voluntario estimula las áreas del cerebro que producen satisfacción, reducen la presión arterial y alargan la expectativa de vida. ¡Me hubiera gustado saberlo desde antes!
10. Se puede aprender (y enseñar) a ser felices
De esto me gustaría hablarles más adelante, pero ahí se los dejo: en universidades súper destacadas como Harvard, Columbia y Yale se están popularizando cursos que enseñan la ciencia de la felicidad. Y algunos se pueden tomar, aún si no estudias allá. Por ejemplo, el curso online y gratuito de Harvard llamado Managing Happiness empezó ayer 11 de octubre en edX, una plataforma de cursos abiertos masivos en línea (MOOC). ¿Lo tomamos juntos? Conozcan más del curso aquí.
“¿Por qué tan perdido?”
Como les conté hace un tiempo en “Pausa activa”, ando metido de lleno en dos proyectos del laboratorio creativo Peces fuera del agua: Los podcasts que nos formaron y la impresión de nuestro primer libro.
El primero —la carta de amor al medio que hacemos con Tristana producciones— ya es un hecho: el viernes 29 de septiembre se lanzó el primer episodio de la segunda temporada (Jorge Carrión y la crítica cultural de podcast) y mañana publicaremos el tercero (Silvia Viñas). Cada viernes saldrá un nuevo episodio, hasta agotar el inventario (¿cuántos serán?). Lo pueden escuchar aquí:
El segundo verá la luz pronto, pues vamos a lanzar la campaña de preventa a fin de mes. El libro objeto cuenta con la participación de más de 40 autores y autoras y materializa nuestro nuevo salto al vacío: el paso de las pantallas al papel, la transformación de píxeles a átomos. Aquí pueden conocer más:
Me encantaría que me apoyaran en ambos proyectos. Al igual que este, los hago con mucho cariño y dedicación.
Hasta la próxima,
Óscar Iván
Bogotá D.C.
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Muy valiosa entrega y ya apuntada en el curso de happiness! Gracias