Es un tema que me apasiona y a su vez me tiene sin dormir. Sin hijos y con cuarenta y cinco años, siento que voy perdiendo esa red emocional y no me es fácil encontrar mi comunidad de pertenencia. Y siento que es completamente necesario. La pregunta es en dónde se encuentran esas tribus nuevas.
¡Gran pregunta la que te haces! En lo personal, creo que se pueden tejer lazos profundos en torno de nuestras pasiones e intereses. Una buena forma de empezar es acercarse a una comunidad que ya esté conformada, como los clubes de lectura, de cine o de podcast, si eres de este tipo, o de yoga, senderismo o voluntariados, por ejemplo, si te mueves más por ese lado. Entiendo tu inquietud: el mundo ha cambiado mucho y muy rápido. Hace 20 años que estaba en la Universidad imaginaba que iba a tener una vida como la de mis padres y abuelos y tatarabuelos (esposa-hijos-nietos) y de repente todo ha cambiado. Un abrazo, Óscar Iván
Se ha hablado tanto de que la digitalización erosiona los lazos comunitarios, promoviendo un individualismo extremo y superficial, pero la tecnología también nos puede brindar un abanico de comunidades imaginadas digitales que pueden convertirse en pequeñas familias elegidas. A mí eso cada vez me mueve a pensar en la capacidad o incapacidad que tenemos los humanos para relacionarnos.
De acuerdo! Creo que el reto especial que hay con las relaciones sociales que se tejen en entornos digitales es cómo hacerlas más fuertes y duraderas. O no sé si eso es una utopía, y ya ese tipo de relaciones no existen, o se están agotando, incluso en el plano físico. Es un asunto complejo, pero sí hay que resignificar los diálogos que estamos teniendo (o que podemos tener) gracias a la tecnología.
Es un tema que me apasiona y a su vez me tiene sin dormir. Sin hijos y con cuarenta y cinco años, siento que voy perdiendo esa red emocional y no me es fácil encontrar mi comunidad de pertenencia. Y siento que es completamente necesario. La pregunta es en dónde se encuentran esas tribus nuevas.
¡Gran pregunta la que te haces! En lo personal, creo que se pueden tejer lazos profundos en torno de nuestras pasiones e intereses. Una buena forma de empezar es acercarse a una comunidad que ya esté conformada, como los clubes de lectura, de cine o de podcast, si eres de este tipo, o de yoga, senderismo o voluntariados, por ejemplo, si te mueves más por ese lado. Entiendo tu inquietud: el mundo ha cambiado mucho y muy rápido. Hace 20 años que estaba en la Universidad imaginaba que iba a tener una vida como la de mis padres y abuelos y tatarabuelos (esposa-hijos-nietos) y de repente todo ha cambiado. Un abrazo, Óscar Iván
Se ha hablado tanto de que la digitalización erosiona los lazos comunitarios, promoviendo un individualismo extremo y superficial, pero la tecnología también nos puede brindar un abanico de comunidades imaginadas digitales que pueden convertirse en pequeñas familias elegidas. A mí eso cada vez me mueve a pensar en la capacidad o incapacidad que tenemos los humanos para relacionarnos.
De acuerdo! Creo que el reto especial que hay con las relaciones sociales que se tejen en entornos digitales es cómo hacerlas más fuertes y duraderas. O no sé si eso es una utopía, y ya ese tipo de relaciones no existen, o se están agotando, incluso en el plano físico. Es un asunto complejo, pero sí hay que resignificar los diálogos que estamos teniendo (o que podemos tener) gracias a la tecnología.
Linda entrada, muy precisa para este momento:) Un abrazo
Gracias, Ángela! Un abrazo
Este boletín da para pensar mucho.
Así es, Luz! Vengo echándole cabeza a esto el último par de meses